Cápsulas que representan las emociones básicas, que ayudan a reconocer y gestionar las propias emociones. Los participantes insertan las tarjetas del juego, que muestran situaciones cotidianas, o fotos, dibujos u otros objetos, en las cápsulas cuyo estado de ánimo sugiere. Este juego se puede jugar individualmente o en grupos y se puede guardar como una matrioska.