El Alce tenía un problema. Al principio, nunca se sabe cuán grande es el problema. Difícil de medir, de hecho: cuanto más grande es, más queremos ocultarlo. El Alce siempre llevaba consigo sus problemas. Si estornudaba, el problema empezaba a hacer lo mismo. Si está demasiado cerca, el problema de uno puede convertirse en el problema de otro...